Las cifras son discutidas, sin embargo las discuten los periódicos, las radios y las fuentes del gobierno. Esta gente ha quedado bastante desacreditada en los últimos días como para ahora venir a discutir de cifras. De momento bastante faena tienen con enterarse de lo que realmente está pasando en lugar de intentar minimizarlo o criminalizarlo incluso.
Solo hace falta coger las fotos de las manifestaciones, y ver en googlemaps cuanta gente cabía en el trozo que ocupábamos. Nuestro amigo Toni Valdés lo postea en el muro de facebook de acampadabcn respecto de la participación en Barcelona y nos ofrece este documento
A través de la red he recopilado datos de algunas ciudades, aproximados claro está
Barcelona 200.000
Madrid 50.000
Bilbao 12.000
Valencia 35.000
Vigo 12.000
Palma de Mallorca 15.000
Sevilla 5.000
Cadiz 3.000
Canarias 30.000
Bilbao 12.000
Zaragoza 25.000
León 5.000
Gijón 10.000
Donosti 5.000
Valladolid 5.000
Logroño 3.000
Murcia 20.000
Granada 5.000
Salamanca 2.000
Subtotal 454.000
Y todo esto significa que las manifestaciones resultaron exitosas. Las ciudades del estado vivieron ayer una protesta ciudadana sin precedentes en tanto que no estaba vehículada por ningún partido ni sindicato, y en tanto que la participación resultó masiva a pesar de la campaña de miedo que muchos de los grandes medios habían intentado extender criminalizando el movimiento.
Y ahí llegamos al significado más profundo de las manifestaciones de ayer.
El movimiento.
Durante todos estos días no hemos dejado de oír etiquetas y nombres para ponerle a lo que está sucediendo aquí y en todo el mundo.
Aquí han triunfado al menos dos etiquetas, "Movimiento 15M", y "Indignados".
En cuanto estas etiquetas empezaron a tener éxito y se popularizaron en los medios comenzó el intento de postular a la gente en un bando y otro. ¿Quiénes son los participantes de este movimiento? ¿Quiénes son los indignados? Cuando en estos días oíamos en las radios o las teles hablar a alguien de la plaza lo presentaban como "integrante del movimiento", "indignado", o "que pertenece al movimiento". En ese momento uno podía planterase, ¿quién pertenece al movimiento y quien no? ¿Son una gente ajena a mí? ¿Son los chavales que no tienen nada mejor que hacer que fumar porros? ¿Son perroflautas? Parece que al ponerle un nombre estaban diciendo que existen unos y otros, nosotros y ellos.
Incluso en la plaza he oído mucha gente hablar en estos términos diciendo cosas como "nosotros los que estamos aquí" y "los que están fuera y aún no se han sumado"
Todo esto era ciertamente desconcertante porque los motivos por los cuales todo esto comenzó, son transversales, y la protesta de unos miles de personas, vehiculaba el malestar de tantos otros, que por pura subsistencia no podían permitirse pasar por la plaza más que un día u otro, o ni siquiera eso.
No somos unos y otros, somos todos, que en manos del neoliberalismo hemos perdido nuestra dignidad, y esto es la capacidad de desarrollar cada uno sus virtudes para conducir la vida. Incluso los que propugnan el neoliberalismo han perdido su dignidad.
La indignación, pérdida de la dignidad, es algo que afecta a la sociedad del mundo entero en manos de los mercados del capital. Incluso los políticos son indignados pues ellos también han perdido su dignidad, o tal vez ellos la han vendido.
Esto implica una pequeña diferencia, al que le robaron la dignidad se convirtió en indignado, el que la vendió se convirtió en indigno. Sin embargo es más importante la semejanza que la diferencia, y en ambos casos un sistema que funciona en contra de las personas es el que nos ha hecho perder la dignidad a todos.
La cantidad de gente que salió ayer a la calle demuestra que no somos nosotros y ellos, que no hay dentro y fuera y que no pertenece al movimiento el que más horas pasa en la calle.
Todos somos y hemos sido la plaza en estos días, y todos continuaremos siéndola hasta que no recuperemos el poder tener una vida digna.
Esto ya es imparable.
Una prueba de todo ello la tenemos en que los medios que durante muchos días cuestionaban y condenaban, aún hoy muchos siguen haciéndolo, lo toman con más cautela e incluso en las opiniones más manipuladoras hay una brecha de comienzo de entendimiento.
Aún hay los que no lo han entendido, sin embargo ha comenzado "el verano de la pedagogía" como dice Arcadi Oliveres. Esas pequeñas brechas que encontramos en los artículos de los que hace tres días criminalizaban a la ciudadanía sin razón son una prueba más de que incluso esas personas, como Pilar Rahola o Jordi Barbeta, son eso, personas como todo el mundo. El hecho de que el sistema les tome el pelo hasta el punto de hacerles creer que realmente piensan lo que expresan en sus intervenciones públicas no deja de ser un síntoma de como en los últimos años también a ellos les han robado la dignidad sin que se den cuenta. En esas brechas que se han abierto hoy está parte de su esperanza y la nuestra de recuperar también su dignidad, como personas y como profesionales.
Otro signo de que los que hace unos días no se estaban enterando de que va la cosa, comienzan a despertar y a girar sus oídos hacia lo que está sucediendo. Hoy la noticia que relata la manifestación de ayer la encontramos por fin en la sección de política de los periódicos. En el último mes, no era la mayoría de las veces las que la noticia aparecía en la sección de política. El hecho de que hoy abra la sección es como reconocer que hemos roto una barrera y que la política no está ya en manos de profesionales, si no en manos de la gente, que es dónde debe estar y de ese modo lo reconocen tácitamente los medios que colocan la noticia en esa sección.
Aquí le llaman 15M, en Marruecos 20F, todos estamos en los mismo y nos estamos empezando a dar cuenta. Sin bandos, ni nosotros y ellos. Simplemente hay quien aún no se ha dado cuenta. Sin embargo la revolución en la conciencia no tiene límites una vez empieza.
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